La bicicleta reclinada de Decathlon

Rondaba el año 2001 cuando empecé a entrenar en un gimnasio por primera vez. Entonces mi ejercicio cardiovascular lo cubría sobradamente el fútbol, solamente me subía en la bicicleta estática para calentar un poco, en realidad no quería ni verla, ¡qué aburrimiento de trasto! Tres años después, cambié las instalaciones del Olimpics en Valle Hebrón por las del archiconocido Dir.

En lo humano fue un cambio a peor, pasé de estar entre conocidos a recibir un trato más distante. Nunca me adapté a esos monitores que parecían cincelados, como estrellas de cine que dependen exclusivamente de su imagen perfecta. No me gustaba el ambiente del Dir, la cadena de gimnasios más popular de Barcelona, por cierto. Ni sus eventos, ni fiestecitas, ni la gente famosa, ni tener a la televisión pululando de vez en cuando por allí. Qué hartazgo, totalmente anti yo. No sé si me falla la memoria, recuerdo incluso eventos para solteros. Bufff...

Pero a pesar de las idioteces, Dir destacaba sobre otros gimnasios en algo fundamental: el vastísimo repertorio de máquinas al que tuve acceso. Allí me enamoré de dos aparatos imprescindibles para mantenerme en forma durante aquellos años: el remo y la bicicleta reclinada. Y por fin, casi 20 años después, tengo una de esas bicicletas en casa, con sus niveles de dureza automáticos, programable, como las que conocí. Es un sueño hecho realidad, nunca tuve espacio suficiente para una cuando vivía en la ciudad.

La bicicleta reclinada era la elección principal de muchas mujeres en aquel Dir, también de los mayores. El día que la probé, supe que eran las personas más listas de ese gimnasio. Imagina una bicicleta en la que puedes hacer un ejercicio tan intenso como tu condición lo permita o, si lo prefieres, optar por una sesión mucho más prolongada, sobre un asiento mullidito y tan ancho como tu cadera, lo que va a evitar que te duela el culo a los diez minutos, y con la espalda bien apoyada, mientras ves una película cómodamente el rato que te apetezca, sin perder el hilo de lo que te cuentan porque ESTÁS A GUSTO DE VERDAD.

No puedo recomendar una de estas bicicletas a alguien con dolores en articulaciones o espalda, yo no los padezco, no tengo ni idea de si es aconsejable o no, podrías pensar que tu espalda va a estar bien protegida y acabes comprimiendo tus vértebras, ¡yo qué sé, no soy médico! Pero si no padeces dolores y estás harto/a del resto de bicicletas, porque no estás a gusto, porque en pocos minutos se te duerme el culo y quieres bajarte, te lo digo de verdad, creo que esta es tu bicicleta.

Bicicleta estática semitumbado Domyos EB Seat

El montaje es muy sencillo, apto para cualquiera. La estructura es adecuada, resistente y estable, no te obsesiones porque se mueva un poco, es absolutamente normal, no te vas a caer, no se va a romper (salvo defecto de fabricación, claro). Si quieres piezas de metal macizo, compra una máquina de mil o dos mil euros como hacen en los gimnasios. No pesa demasiado e incorpora ruedas delanteras, es fácil de trasladar de una habitación a otra si tu hogar lo permite; a mí me toca maniobrar un poco debido a mi suelo inacabado y estrecheces, pero no me da problemas.

En cuanto a funcionamiento, es una bicicleta extraordinaria. Es muy silenciosa, probablemente tú y tus ropajes hagáis más ruido que ella. Requiere alimentación mediante un pequeño transformador, pero es totalmente autónoma, no necesitas el móvil para usarla. Sin embargo, es muy recomendable descargarse la aplicación Domyos E-Connected, porque además de los programas preinstalados, te da la oportunidad de crear los tuyos. Sobre el asunto de la gamificación no tengo ni idea, pues aunque se trata de un modelo compatible con esas aplicaciones modernas en las que puedes "pasear" y competir con otros usuarios, es un terreno desonocido para mí.

Durante el uso, me transmite las mismas sensaciones que las máquinas de gimnasio que conocí, además de cómoda el pedaleo es muy suave y los niveles de intensidad se van regulando automáticamente según el programa seleccionado. Uno de mis entrenamientos recurrentes consiste en pedalear 2 minutos a resistencia media, 1 minuto a gran resistencia y 20 ó 30 segundos a baja resistencia para recuperarme y volver a empezar. Ese tipo de intervalos hacen el ejercicio más variado y divertido, pero sobre todo, al existir un tiempo de recuperación que el cerebro percibe como recompensa, eso te motiva a pedalear con furia durante los últimos segundos del bucle aunque te ardan las piernas.

La he usado durante casi dos meses con una media de 25km al día antes de escribir esta entrada. Sin duda recomiendo su compra.

Hace muchos años, algunos días me acercaba al Dir Hispano-Francés únicamente para sentarme en la bicicleta de la esquina izquierda, pedalear 30km, pasar unos minutos por la sauna, ducharme y volver tranquilamente a casa. Nunca me he encontrado más sano, ágil y despierto en toda mi vida. No era por levantar pesas como un animal, no, no, no, era debido a aquella maravillosa bicicleta que cambió mi vida.

Invertid en salud (física y mental). Nunca os arrepentiréis.

Los pocos defectos que le veo:

  • Me gustaría que las empuñaduras estuvieran más elevadas, sería más cómodo para personas altas o de brazos cortos.
  • Cuando no se está usando un programa predefinido (niveles variables automáticos), sería maravilloso poder regular la resistencia desde el móvil, sin tener que estirar el brazo hacia la consola principal de la bicicleta. Si existe la manera, yo no la he descubierto.
  • La aplicación móvil debería ser más flexible, echo de menos dividir mi entrenamiento en más zonas de trabajo y algún modo completamente aleatorio.
  • Si haces una sesión sin conectarla antes al móvil, ese ejercicio no se enviará más tarde a la aplicación. Si es importante para ti tener tu historial de entrenamiento en el móvil, estás obligado a conectar por bluetooth antes de cada ejercicio o esa información se perderá.
  • Estas bicicletas son enormes, ocupan mucho espacio. Me ha costado décadas tener la oportunidad de meter una en casa.