Killzone 2

Se me quedó cara de tonto, con Killzone 2 me equivoqué y he de reconocerlo: no es el juego con el que yo soñaba, aunque ya intuía algo... Su demo fue una pequeña advertencia, después de terminarla varias veces decidí no comprarlo de lanzamiento. Me gustó su jugabilidad, dura y pesada, como en esa primera entrega que tanto defendí. Pero carece de momentos memorables para mí, se me hizo un poco rollete…

Me compré un Killzone tirado de precio, en marzo pasé totalmente de él pero, ahora o nunca, pensé. Su ambientación apocalíptica raya la perfección, esas tormentas eléctricas que varían la iluminación y sombras del escenario, o todas las nubes de polvo y suciedad arrastradas por ventiscas totalmente reales que varían de intensidad, y una infinidad de efectos de post-procesado -quien haya seguido el diario de creación e información técnica publicada por Guerrilla durante los últimos dos años, sabrá de lo que hablo- hacen de Killzone 2 el videojuego de consola más avanzado de lo que llevamos de generación. Si al juego más potente le sumas una jugabilidad que en la primera entrega ya apuntaba maneras, el resultado debería ser inmejorable. Pero…

AVISO: CONTIENE DESTRIPES

Acerté en no comprar Killzone 2 el día de su lanzamiento, si hubiera pagado 60 euros estaría disgustado. No es culpa suya, soy yo. No me gustan los juegos de guerra, necesito algo más, como por ejemplo, un argumento enrevesado al estilo Kojima o algo realmente épico como Halo. El traje verde del Jefe Maestro cada día me parece más ridículo, es como un disfraz de rana. Pero Halo es mucho más que un “vamos a matar a los malos porque nosotros somos los buenos”. Comparar a Killzone con Halo es como comparar una piedrecita con todo un Universo: galaxias, planetas, razas, creencias, bandos, conflictos, pactos, traiciones… Y, aunque en sistema de juego ambos adolecen de enanismo, presentando la acción en zonas muy cerradas siguiendo el patrón de “vence a todos para acceder a la próxima sección”, en Halo es menos descarado, muchísimo menos. Estoy harto de juegos en los que del punto A al punto B sólo existe un camino, me gustaría perderme de vez en cuando, buscarme un poco la vida, probar cosas nuevas para avanzar. Y vuelvo a insistir, Halo ofrece más en ese aspecto.

Killzone 2 no es, por ahora, nada épico. Y ese es un punto que me fastidia una barbaridad, con lo bonito que es ver a toda la humanidad unida contra una gran amenaza. Hace cosa de un año, yo ya le comentaba a mis amistades que Killzone 2 me parecía un prodigio pero temía que no hubieran demasiados momentos memorables. Y así está siendo, un festín tecnológico en el que no está sucediendo nada que sea digno de recordar, me siento atrapado en escenarios pequeños, estrechos, sin posibilidades, con cara de idiota cada vez que choco contra muros invisibles que limitan la ya de por sí escasa sensación de libertad. Killzone 2 es, hasta ahora, un paseo predefinido al que sólo le faltan raíles. Halo 3, siendo mucho más feo e igual de cerrado en cuanto a planteamiento, ofrece mucho más. Me pondría a jugar ahora mismo sólo por dar unas vueltas en el Warthog, mejor vehículo original creado para un videojuego.

Y ni siquiera sé quién soy, no sé quién es mi personaje, ¿es el tío que se mira en el espejo en la introducción? ¡Pero si no sé ni cómo se llama, no nos han presentado! No conozco su vida, no conozco sus hazañas, no hay conexión emocional, para mí no es una persona, es un tío que dispara. ¿Cómo voy a conectar? ¿Cómo voy a sufrir por él? Simplemente no puedo, el hombre rana es Dios a su lado (me refiero al Jefe Maestro) y Gordon Freeman el hijo de Dios.

Momento olvidable: cuando resucitas a tus compañeros caídos acercándote a ellos y propinándoles una descarga. En un juego “serio” queda fatal y, Killzone, en su marco apocalíptico-futurista, no es un juego fantasioso. Una estrategia tan perra como esconderte, dejar que tu compañero se enfrente al enemigo, salir corriendo de tu escondite para curarle y acto seguido volver a tu agujero, debería estar penalizada, pero no lo está, ¡funciona! Si me convierto en un comodón, es culpa de un mal planteamiento que me lo permite. Antes éramos mejores jugadores porque los juegos planteaban retos de verdad.

Momento olvidable (II): el primer enemigo gordo, lamentable :(

Momento olvidable (III): el segundo enemigo gordo. ¡Oh, pero si esta vez son dos! :’(

Sólo es una opinión de lo que he visto en las primeras horas de juego, si alguien llega a mi blog mediante google y me pone a parir como un crío pequeño por no adorar a un puñetero videojuego, le borraré el comentario. ¿Me gusta? ¡Claro que me gusta! Para mí, gráficos y jugabilidad de diez, pero le falta el toque mágico, se me hace monótono. Pero bueno, no es mi género favorito y, dentro del mismo, me gusta más otro tipo de enfoque, yo ya sabía que esto iba a suceder, conozco mis gustos. No lo he probado on-line y no lo haré. No me gusta jugar a matar a otros jugadores, nunca le he visto la gracia, quiero historias, desarrollo.

Actualizado 04/09/09

Calculo por mis avances que mi primera partida no llegará a diez horas. Y no está siendo precisamente intensa. Las primeras dos o tres horas fueron flojas, menos mal que después remontó el vuelo, pero lo hizo recordándome a una imitación de Halo: Combat Evolved.

Haciendo memoria, recuerdo que cuando estrené mi primera Xbox con Halo, repetía una y otra vez los mismos niveles porque eran tremendamente divertidos. A pesar de sus poco dramáticas y un tanto dejadas escenas de corte (admitámoslo, no son su punto fuerte), el guión te atrapa en el primer minuto de juego. El Pillar of Autumn, una inmensa colonia espacial a lo Star Trek, es atacado por las fuerzas del Pacto, alianza alienígena de diversas razas procedentes de toda la galaxia. Se ordena la evacuación, hay que salir de ahí como sea y combates codo con codo con el resto de soldados que habitan la nave, ¡es increíble cómo te sumerges en la acción! En Killzone 2 hay un nivel muy parecido, pero está tan mal estructurado que en ningún momento piensas “oye, esto está a punto de volar por los aires, qué emocionante”. Y cuando tienen la oportunidad de conseguir uno de esos momentos antológicos que tanto me gustan a mí, donde el prota podría convertirse en el p*** amo, cortan y a otra cosa.

Me escama, en serio. La nave ha sido atacada y todo el mundo está escapando, muy bien. Cuando consigues llegar al transporte de huida, el prota ve por un monitor que la chica está en apuros. Quiero volver a por a ella, me da igual llegar y que sea demasiado tarde, quiero decirle a mis compañeros que se vayan sin mí, volver a meterme ahí adentro, yo solo, sin refuerzos, con la nave cayéndose a pedazos, con fuego y explosiones por todas partes, con una metralleta ISA sin apenas munición, y salir con ella en brazos esté viva o muerta. ¿Previsible? ¡Y qué! ¡Sería un auténtico subidón! Y de una vez por todas florecerían sentimientos en un puñetero juego plano y sin carisma. La historia de Killzone 2 es correcta, ni fu ni fa. Pero el guión… El guión es una basura, desastrosamente planteado.

Actualizado 05/10/10

La acción transcurre en el planeta Helghan, las condiciones de vida son muy duras y los recursos energéticos escasos. No voy a criticar estupideces como la paleta de colores, la ambientación requiere tonos crudos y apagados. El apartado técnico es magistral, punto. A otra cosa.

Mi primera partida alcanzó las 8 horas. Sin mi afán recolector de documentos -que fue desvaneciéndose poco a poco- la cifra probablemente sería inferior, quizá una hora menos, pero no mucho más. Y una vez finalizado, puedo confirmar que el verdadero problema de Killzone 2 reside en su guion y eventos, ¿o debería decir NO eventos? Como comenté ayer, sólo hay un nivel digno de mención y dos zonas al final del juego mucho más animadas que el resto. Los últimos shooters que completé fueron Halo 3 y Half-Life 2 (junto a sus dos episodios), ambos tienen sus defectos pero la experiencia de juego fue enormemente satisfactoria, a mucha distancia de Killzone 2.

No tengo tiempo, continuaré en otro momento.

Actualizado 06/10/09

La última vez que escribí quería hablar de esa sensación de shooter genérico que transmite durante la mayor parte del tiempo debido a un desarrollo falto de situaciones adrenalínicas, no hay retos novedosos ni confrontaciones memorables. ¿Entonces qué tiene Killzone 2 para no haberlo abandonado a medias? Bueno, considero que jugablemente es como deberían ser todos los juegos serios de acción, y eso hace que merezca la pena jugarlo. Es más, he empezado una partida nueva. Quiero disfrutar de lo que es Killzone 2 y dejar de pensar en lo que a mí me habría gustado que fuese. Aquí empezaría el análisis serio, pero dudo que haya alguien que lea hasta aquí.

Continuará…

Actualizado 20/07/2010

Pues no, no continué. Hace unos días leí a un desarrollador comentando algunas de las mejoras para Killzone3 y precisamente habló de la falta de momentos épicos. No hay más que decir, mis quejas coinciden con las carencias que pretenden subsanar en la siguiente entrega. Si tuviera que puntuarlo, lo haría con un notable. Está claro que no es un juego del montón, destaca en varios aspectos, pero yo no lo recordaré pasado un tiempo.

No he querido ser polémico, es sólo una opinión más.