Skeleton Warriors

En mis días de adolescente, hubo muchos alquileres que pasaron sin pena ni gloria por mi consola, pero la mayoría de esos juegos menores, aunque no gozaban de una calidad desbordante, también me satisfacían. La realidad es que me daba igual si el juego era bueno o malo, me encantaba jugar, ponerme a prueba y llegar a los créditos.

Un sitio como este, no puede estar formado exclusivamente de grandes éxitos; tiene que haber espacio para juegos como Skeleton Warriors, porque son parte de la historia de Saturn y también de la mía.

----

Antes que videojuego, Skeleton Warriors fue una serie de dibujos animados, emitida a finales de 1994 en Estados Unidos. Contó con apenas 13 episodios, y en mi país, España, no tengo muy clara su emisión en aquella época, yo no la recuerdo, la conocí pasados muchos años. Sin embargo, existe un doblaje latino, así que antes o después, en algún momento, sí debió llegar a países de habla hispana.

La historia de Skeleton Warriors trata sobre dos poderes, la sempiterna lucha entre la luz y la oscuridad. Y por su aspecto, seguro que os recordará a He-Man, de hecho, el live-action de Masters of The Universe, fue dirigido por el creador de Skeleton Warriors, Gary Goddard.

Se planteó como uno de esos productos noventeros preparados para arrasar, invadiéndonos con ropa, juguetes, increíbles figuras de acción, juegos de mesa, comics... Se fabricó suficiente merchandising para conquistar el planeta, incluyendo un videojuego al que vamos a echarle un vistazo ya mismo.

---

El juego presenta unos acontecimientos simplificados respecto a la serie. Aquí no encontraremos conflictos morales, ni enseñanzas sobre el valor de la familia, ni sobre la importancia de confiar en los demás a pesar de nuestras diferencias, ni de las consecuencias que acarrean nuestros actos, pilares en los que se asienta la serie. Aun así, la introducción es bastante generosa, sobrepasando los 2 minutos de duración.

El lightstar es un artefacto que proporciona energía a la ciudad de Luminicity, su poder místico es la razón a tanta prosperidad y mantiene a sus habitantes a salvo de la oscuridad.

Mientras el pueblo llora la muerte de su Rey, el Barón Dark aprovecha la ocasión para robar el artefacto. El principe Justin descubre el plan del Barón y trata de impedírselo. Durante el forcejeo, la estrella se parte en dos fragmentos, otorgando poderes sobrehumanos a ambos personajes.

En ese momento, el corazón justo de Justin, asimila la luz del cristal, mientras que la maldad que habita en el Barón, atrae la oscuridad y le convierte en un temible esqueleto capaz de transformar, también en esqueletos, a los corazones impuros como él. La misión del jugador será vencer al Barón y recuperar el otro fragmento de cristal, devolviendo la paz a su ciudad ahora en decadencia.

---

En su momento, Skeleton Warriors me provocó sentimientos encontrados, quise quererlo, quise creer, pero no pude llegar a tanto.

En el año 96, la prensa a mi alcance elogió aspectos como sus grandes dosis de acción, sus variados niveles, efectos gráficos (por cierto, esa niebla no está en PlayStation, ni esas partículas de nieve). Perdón, que me lío. Como decía, estas dos revistas, siempre presentes en mi grupo de amigos, elogiaron su variedad y calidad técnica. Es más, también elogiaron la banda sonora, una banda sonora con problemas que no podéis ni imaginar, en seguida lo explico, si os gustan las curiosidades y rarezas, esperad un momento.

Con comentarios tan positivos, merecía la pena alquilarlo. Pero al jugar por primera vez, no quedé nada conforme. Y ahora, 26 años después, mi conclusión es la misma: no entiendo cómo esos adultos en los que yo confiaba le otorgaron notas tan altas. Y creo que tú, sin necesidad de jugar, vas a entender rápidamente mi punto de vista.

Los escenarios de Skeleton Warriors se componen de varios fondos 2D, y un camino en primer plano construido en 3D, que ayuda a crear, como en Clockwork Knight, sensación de profundidad. Técnicamente es un juego solvente, pero se ve empobrecido por otros aspectos. Son pocos los niveles que sorprenden de verdad, la mayoría son muy sosos, vacíos, y algunos, como Simiania, son absurdos de principio a fin.

Me tengo que recrear en Simiania, ya que para mí es el punto donde Skeleton Warriors toca fondo y empiezas a temer por si lo que está por llegar pudiera ser todavía peor. Es un nivel horrendo, y los chillidos de los simios son insoportables pero contemplad esto y decidme que no ha merecido la pena llegar hasta aquí. Es majestuoso, no lo comprendo, pero ahí está, fascinante.

Bueno, no voy a seguir haciendo bromas con este nivel, sólo quiero añadir que Simiania es parte del mundo de Skeleton Warriors, lo podéis comprobar en la serie, pero esta reimaginación es... desconcertante.

Como acabo de decir, es un juego técnicamente solvente a pesar de lo que habéis presenciado. En Skeleton Warriors no falla la técnica, sino la ejecución, sucede exactamente lo mismo en el apartado jugable. Por un lado, el control responde a las mil maravillas (bueno, casi siempre), en general funciona muy bien, pero por otro lado, no transmite la rudeza del cambate, la emoción, la épica... Es indudable que hay ritmo y enemigos suficientes para armar un buen festín de huesos y explosiones, en ese sentido, muy bien, pero el control es demasiado ligero, le falta contundencia.

Tampoco los jefes finales aportan mucho, y los acabas venciendo del mismo modo lastimoso que a cualquier otro enemigo, saltando de aquí para allá sin demasiada habilidad, ni estrategia, ni elegancia. A medida que van pasando los minutos, las oleadas de enemigos se vuelven cada vez más anodinas, y no es hasta los últimos niveles, en los que se añaden más plataformas, fosos, enemigos y se percibe mayor dificultad, cuando Skeleton Warriors cobra mayor interés.

Creo que Hobby y Super Juegos convirteron un título normalito en una propuesta de notable alto, casi excelente. En mi opinión, se dejaron engatusar por sus gráficos modernos, animaciones fluidas, secuencias de vídeo y estos niveles 3D, inspirados, supongo, en Super Star Wars. No he hablado de ellos porque son irrelevantes; si te derriban, no importa, pasas al siguiente nivel como si nada.

Pero queda algo más por tratar, la banda sonora de Tommy Tallarico, quien ya era una figura conocida en la industria, que nunca pude disfrutar, debido a un error durante el proceso de masterización o duplicación. El juego editado en europa es DEFECTUOSO: muchas pistas de audio... están en blanco o llenas de chasquidos.

Hasta la pista número 7 hay algún error, nada gravísimo. Pero ya en la octava pista, la melodía está cortada; de repente, silencio y chasquidos.

Las número 9, 10 y 11, son istas en blanco con molestos chasquidos cada diez segundos. Imaginad lo que fue jugar a esto en 1996, daba miedo, parecía que la consola tuviera problemas, pero es que además, molestaba mucho, dañaba la ambientación. 

De la 12 a la 16, pistas en blanco, y para terminar, la pista 17 también está cortada, no comienza hasta el minuto 20.

El primer Skeleton Warriors que alquilé estaba defectuoso. El Skeleton Warriors que heredé estaba defectuoso. Y los Skeleton Warriors que he descargado de internet para asegurarme, siempre refiriéndome a la versión europea, defectuosos también. Creo que la prensa, por lo menos la española, nunca se hizo eco de esta distribución infame que nos colaron en Europa. Y no conozco más remesa que ésta, podría estar equivocado, pero creo que no, creo que todos los Skeleton Warriors europeos son así. 

De todas formas, Skeleton Warriors no es un completo desastre, posee cualidades técnicas y sonoras destacables, y un aspecto muy singular, con un aire a cine fantástico entre Evil Dead y Conan, incluso recuerda un poquito a Castlevania si le echáis imaginación. Lo terminé en su época y lo he vuelto a terminar ahora, varias veces. Al final, no puedo negar que me lo he pasado bien recordando este primer juego de Neversoft, un equipo que poco después alcanzó la fama mundial con Tony Hawk's Skateboarding.

Gracias por acompañarme. Jugad a Saturn, hasta que los dedos duelan. Nos vemos por Saturno.