The Terminator

Posiblemente, el mejor juego de Terminator habido y por haber. Buen apartado visual, escenas extraídas de la película al inicio de cada nivel, banda sonora de lujo y, lo más importante, divertido. Siempre lo he considerado un casi imprescindible de Mega-CD.
Vídeo análisis The Terminator (Mega-CD)
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Análisis The Terminator (Mega-CD)
Durante el corto período de vida del Mega-CD, diversas desarrolladoras aprovecharon el filón del nuevo artilugio para reeditar juegos de Mega Drive en formato CD, añadiendo insulsos extras (a veces ni eso) y dejando el contenido del juego original tal cual fue concebido en la edición cartucho. The Terminator para Mega-CD (1993) está basado en la exitosa película del mismo nombre y cabe destacar que no es una reedición del título aparecido en Mega Drive, también editado por Virgin Interactive dos años antes. Este compacto, aunque comparte nombre y género con la versión cartucho, es un juego completamente nuevo.

The Terminator utiliza la clásica fórmula 2D con plataformas y enemigos a los que machacar, la misma de la que vivieron el 90% de juegos de la era 8 y 16 bits. Se echan de menos más planos de scroll, y se observan algunos altibajos que comentaré a continuación, pero raya a un gran nivel como conjunto: buena ambientación, diseños bien elaborados y escenarios muy variados entre sí. Llama la atención el sprite de Kyle Reese (protagonista), de tamaño considerable y con una serie de animaciones fantásticas. La más destacada es el movimiento de su gabardina en los niveles comprendidos en el presente, inconfundible indumentaria que pasó a formar parte de la cultura popular. ¿No? ¿Cómo que no? En mi barrio sí.
Pero esos andares tan estilosos, contrastan con las animaciones notablemente inferiores de los enemigos, incluidas las del propio Terminator. Es más, esta aterradora y letal máquina de matar, en torno a la que giran película y videojuego, no es más que un escuálido y ridículo tipejo que no aporta ningún dramatismo en sus esporádicas intervenciones. Ya en el primer nivel, los fornidos robotetoides sin camiseta resultan mucho más amenazantes que el verdadero Terminator. NONSENSE, COPÓN!

Mezcla de ritmos rocanrroleros y una pizca de electrónica, la banda sonora es uno de sus puntos más fuertes. El tema principal de la película, probablemente el más tarareado de toda la historia del cine, también está incluido en el CD, y como no podía ser de otra manera, es la melodía que acompaña a la secuencia de introducción. Si a día de hoy este apartado sonoro es tan espectacular, pensad en el impacto que causó hace ya… Dios mío, ¡han pasado 20 años!
En 1993, el oído del usuario de Mega Drive estaba educado a base de melodías frenéticas compuestas por pitidos y sonidos estridentes, procesadas por el legendario chip de sonido YM2612 de YAMAHA. Es una descripción muy básica, también muy injusta, lo sé. Por lo que a mí respecta, la música procesada por aquellos antiguos chips de sonido suena a gloria, pero seguro que así entendéis a qué me refiero. The Terminator jugaba en otra liga, era y es demoledor, el disco compacto supuso un mundo aparte con lo que hasta entonces yo conocía:
Existe un bochornoso contraste: los efectos de sonido son paupérrimos. Escopetas y metralletas, artillería de gran calibre capaz de tumbar a esas máquinas del demonio, suenan como si estuviéramos disparando juguetes.
La jugabilidad es muy clásica: avanzar, retroceder, subir, bajar, saltar de un lado a otro y disparar. Comienzas la partida en el año 2029, ataviado con una indumentaria militar y armado con una metralleta que se vuelve más mortífera con cada power-up recolectado. Los enemigos carecen de inteligencia, son simples obstáculos sin alma. Es fácil encontrar puntos muertos desde donde atacar sin recibir daños, como la clásica artimaña de disparar desde una posición elevada subido a una escalera: probablemente nadie se percate de tu presencia y puedas ensañarte a gusto.
Y qué decir de esos errores o, mejor dicho, rutinas que ni siquiera se molestaron en implementar. Como cuando el Terminator y Sarah se encuentran en un mismo pasillo sin que la presencia de uno haga reaccionar al otro: ¡no se ven! Mi fallo favorito, también en el mismo nivel de la comisaría donde sucede el encuentro anterior, es descubrir que Sarah tiene el poder de teletransportarse: aparece y desaparece a su antojo. A ver, Sarah, si el Terminator suda de tu p*** cara y encima tienes superpoderes, ¿para qué me necesitas?

En cualquier caso, obviando algunos pequeños detalles que dan completamente igual, The Terminator es un excelente juego de acción, sepultado bajo el catálogo del vetusto y muy olvidable MEGA-CD, una máquina de gran potencial de la que el gran público, por culpa de cómo se orientó su marketing, solo llegó a conocer sus títulos Full Motion Video y poco más. Juegos como este son una gozada, demuestran que había vida más allá de Digital Pictures. Si algo se le puede achacar es su escasa duración (acorde a su época) y cero rejugabilidad, pero en el cómputo global nada de eso importa.
Ay, Mega-CD… una de esas chatarras a las que no puedes no amar. Yo sí te quise y siempre te querré, sabes que sí.
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