YouTube nos quiere volver tontos

Tengo la sensación de que la publicidad en la plataforma se ha disparado, es algo que no me afecta en ningún sentido como usuario (no consumo YouTube a menos que mis amigos publiquen) pero lo intuyo por mis ingresos, que han aumentado manteniendo un número similar de visualizaciones: estoy percibiendo más dinero por las mismas reproducciones que hace un par de años.

A ver, no os emocionéis, sólo he pasado de ganar prácticamente nada, a ganar una birria, pero como no vivo de esto (menos mal, qué agobio), es suficiente para costear las cuatro herramientas que uso en mis vídeos, sin verme obligado a pagarlas yo. Y como lo que hago, al final, es algo que disfrutan miles de personas (15000 reproducciones al mes), es justo que no todo salga de mi bolsillo, que esta especie de labor divulgativa gratuita se autofinancie.

Nota: incluso en mis reseñas de videojuegos, siempre intento ofrecer alguna enseñanza.

No sé cuántas veces lo he contado, pero a finales de los años 90 me era casi imposible compartir las partidas que grababa (con la misma capturadora que usaba para ver gratis los partidos de Canal+, ¡qué tiempos!). Ni siquiera el salto a los 25 kilobytes por segundo del carísimo y problemático ADSL de Telefónica me ayudó porque, simplemente, no había donde alojar vídeo con garantías, eso no existía.

La gente corriente disponía de espacios gratuitos de pocos megas altamente volátiles y los envíos directos del IRC, incluso para los medios emergentes alojar vídeo era problemático, muy costoso, un lujo al alcance de pocos, como IGN (ya era un gigante propiedad de otro mayor). Allí había muy buen material en formato Quicktime, ahí vi por primera vez Shenmue en movimiento tras esperar más de 1 hora descargando 25 ó 30 megabytes. Y cuando se lo contabas a tus amigos no podían creerte, no sabías cómo explicar qué era aquello de internet; ya era más grande que nuestro mundo.

YouTube no sólo fue una revolución con la que abandonamos la televisión tradicional en favor de los contenidos a la carta. En lo personal, fue un regalo, un sueño hecho realidad. Siempre voy a estar agradecido por haberme facilitado ese espacio para alojar mis vídeos, tutoriales, aficiones y partidas, hoy en día, por cierto, con una calidad espectacular. No siempre fue así, ¿recordáis cuando acelerábamos los vídeos para tener juegos a 60fps pero estropeábamos la música? Fue un largo camino hasta aquí.

Cuando subo 40 gigabytes porque he capturado una partida retro completa a 4K y no tengo ganas de recomprimirla, todavía no me creo que esto sea "gratis", ¡después de todo lo que viví en otros tiempos!

Pero hay algo que no soporto de YouTube...

La tenacidad, la insistencia, el ACOSO constante para hacer cosas que detesto, como sacarle a mi audiencia el dinero a base de un montón de chorradas. Llevan años recordándome cada dos por tres las muchas formas que tengo de ganar dinero,